Sang se ve obligado a vivir con Zhuong debido a los efectos secundarios de Sianasin. Zhuon, cuyos pensamientos son imposibles de entender, sin embargo, cuida de Sang y lo ayuda. Cuando se le pregunta: "¿Me amas?", él, ahogado por la risa, dice: "No digas tonterías",
pero al mismo tiempo no permite que San se aleje de él ni un paso.
Un día, Zhuong se vuelve muy gentil sin ninguna razón. Sun piensa: "¿Qué hay en la cabeza de este bastardo?", pero un extraño sentimiento comienza a surgir en su corazón...
¿Cómo terminará esta loca convivencia de Zhuon, que nació con una cuchara de oro en la boca, y Sang, un usurero que vive en el fondo?