El corazón de Wi Jeong Rang latía con fuerza mientras observaba a Jinhee, un joven cuyo rostro le resultaba extrañamente familiar. Los recuerdos del pasado comenzaron a surgir en su mente, trayendo consigo emociones enterradas durante años.
Recordó la intensidad de su amor prohibido por el prometido de su hermana, la carga pesada que lo llevó a huir de Seorabeol en busca de redención en tierras lejanas. Siete largos años habían pasado desde entonces, años de soledad y autodescubrimiento que habían transformado a Jeong Rang en un hombre diferente al que solía ser.
El reencuentro con Jinhee fue como un remolino en su interior, reviviendo pasajes olvidados de su vida anterior. La mirada del joven parecía penetrar en lo más profundo de su ser, como si supiera los secretos que Jeong Rang tanto se esforzaba por ocultar.
Y entonces, en medio de la confusión y la nostalgia, una promesa olvidada resurgió en la mente de Jeong Rang, una promesa que creía haber enterrado junto con su amor prohibido. La promesa de amarlo a pesar de todo.
El eco de esa promesa resonaba en su interior, recordándole quién era en realidad y cuál era su verdadero propósito. Jeong Rang sabía que no podía huir más de su pasado, que debía enfrentar los demonios que lo atormentaban y encontrar la redención que tanto ansiaba. Y si eso significaba aceptar el amor que sentía por Jinhee, pero ¿Estaba dispuesto a asumir las consecuencias?
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