《 El olor sofocante de la pólvora, la tos, los gritos y los llantos que se producen al respirar el aire mezclado con el polvo y la ceniza esparcidos por todas partes.
Todo eso era ahora lejano.
A la vez, seguía siendo familiar.
Como si aquel tiempo fuera la realidad presente.
–Hagamos una promesa.
En medio del infierno, se escuchó una voz joven, desconocida y distante.
—Yo soy…
La duda es si se cumplió la promesa.
No lo sé.
Tal vez sí, tal vez no.
—Volvamos a vernos.
Sí, prometimos volver a encontrarnos.
Al chico, cuya voz se le escuchaba clara como si susurrara al oído a pesar de la explosión, Karen le preguntó.
—¿Cuándo y dónde?
El chico respondió con una sonrisa juguetona.
—Ahora, en la realidad.
Con esas palabras, el chico apartó la espalda de Karen de la frontera entre los sueños y la realidad.》
《 —Esa joven me salvó la vida.》
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